tú eres mi cerebro

desde que te aprendí tan de memoria
viajo sin conocerte ni llamarte
en el asiento más lejano de tu nombre

y así callado como un poste de la calle
tu voz duerme en el motor de un pensamiento
con rezos mudos llenando la maleta

sigues dictando de espaldas a los años
la nueva era de errores penitentes
y tus temores son globos de colores
atados a la historia de tu niño

a donde vas me llevas en tu espejo
donde despierto mirándome en tus ojos
y duele un punto de mi alma si fracasas
y el corazón se arruga cuando ignoras

es imposible no caer cuando tú caes
ni levantarme contigo en las neuronas
lo siento amor si no me ves riendo
pensando en lo tristes que hemos sido