no sabré acaso de dónde
vendrá otra vez el viento
vendrá el aire
pero es seguro que traerá una rueda
un halo dorado donde pondré mi nombre
la sacaré a la calle
la rodaré conmigo y sabré que todo
había vivido en ese círculo de sueños
que mi temblor mujer era redondo
y mi furor de madre
mis campañas
la posición fetal del sufrimiento
yo iría sabiendo de otras cosas
de mi virginidad irreductible
del corazón como un recurso renovable
a pesar de pestes y roturas
me haré tan fuerte que tendré que recostarme
a ver el cielo
muy delicadamente
y entenderé
que es cierto
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