me lo han dicho
hay un grupo de yerros que se dicen mis hijos
y me buscan de la mano de Dios
esperando que yo los reconozca
he huído de ellos, asustada
vomitando el dolor con la certeza
de que me alcanzarán un día
¡cuánto dolor inútil me han causado mis fugas!
¡cuántas horas perdidas en relojes!
¡cuántas viandas tiradas a los perros!
y cuánto amor me hizo falta para quererme
para mirar uno a uno mis errores
mirar a Dios a los ojos y decirle
"los acepto"
oh, ahora tiemblo como una lágrima de dicha
soy una fiesta, mi corazón es un salterio
seré música,
ya no seré sonido
.
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